Postfotografía, ¿Es una realidad?
- Jesús Montoya Soriano
- 15 abr 2020
- 2 Min. de lectura
La postfotografía no contradice los valores de la fotografía documental como han malinterpretado algunas personas, sino que aporta energías mejoradas a sus metodologías y enfoques. Puede que el modo de operar cambie, pero la voluntad de entender la realidad es la misma.
La postfotografía simplemente amplía el marco de herramientas para esa labor. Esta nueva corriente implica que las cámaras ahora fotografían otras cámaras, el campo de una es el contracampo de la otra, por los tanto las tomas podrían ser perfectamente intercambiables.
Los roles de fotógrafo y modelo ya han perdido todo el sentido propio, nos adentramos en una metafísica visual en la que todos somos fotógrafos y todos somos modelos al mismo tiempo. Sujeto y objeto se confunden en uno.
"La postfotografía es escurridiza, resulta casi imposible reprimir su diseminación, siempre acaba burlando el control y los filtros de la censura."
La fotografía no ha muerto
La fotografía como medio no está muerta, pero se puede argumentar que está en un estado de cambio contemporáneo. La postfotografía es un momento, no un movimiento. El hecho de la perdida de pertenencia de los autores, y la inclusión de todo el mundo con una cámara como generadorr de contenido hace que la postfotografía sea a la vez un nuevo movimiento, y un contramovimiento en si mismo. No deja de ser una elevación de la contrarte que tan común fue durante las vanguardias.
La abrupta aparición de este contramovimiento ha dejado descolocadas las pautas institionalizas de represión y propaganda. La fotografía siempre ha tenido una tradición de veracidad y de objetividad intrínsecas que la gente no dudaba en creer, "si alguien lo ha fotografiado es porque ha pasado de verdad". Esta credulidad siempre ha valido como refuerzo para la propaganda, pero gracias a la participación de los nuevos núcleos de contrastante de la información, es mucho más fácil derribar el problema estructural de la fotografía como propaganda.
Pongamos por ejemplo el caso de una fotografía de una manifestación proabortista en la portada de un periódico que se posicione en contra de esto , cabe la posibilidad que no hubiese mucha gente, que muchos de los que estaban ni siquiera eran partícipes de este conglomerado de personas, o al contrario, que la aglomeración fuese inmensa, con miles de participantes. Al aparecer en la fotografía, automáticamente pasan a formar parte de la "objetividad" del momento, por lo tanto, si el fotógrafo quiere sesgar la realidad de ese momento, para dar la impresión de que fueron más o menos personas las que estaban, y se ayuda del encuadre, esto pasaría a ser la realidad del momento para el lector del periódico.
Gracias a la postfotografía podemos hacer que ese sesgo de la realidad que se muestra, pueda ser contrastada con otras cientos de fotografías realizadas en el mismo momento pero desde perspectivas diferentes, y con mecanismos distintos.
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